Surge a partir
del descubrimiento de inconsciente por parte del médico neurólogo vienés Sigmund Freud (1856-1939) a partir del
año 1892.
Las
características generales del modelo psicoanalítico son:
- La concepción de la vida psíquica como eminentemente inconsciente (es
decir, la actividad del hombre no puede ser explicada por medio de la lógica
racional sino a partir de aspectos irracionales del psiquismo);
- La importancia del período infantil en la formación de la personalidad
adulta;
- El papel de la sexualidad en el desarrollo psicológico.
La preocupación
central del Psicoanálisis es la atención a las manifestaciones provenientes del
inconsciente, como las palabras, actos, sueños, ensueños y fantasías
(producciones imaginarias). Para Freud “hacer consciente lo inconsciente” abre
paso al proceso de cura de las afecciones nerviosas. Utilizó el método clínico.
Señaló que muchas manifestaciones del inconsciente eran reprimidas y aparecían
en forma disfrazada y ocasionaban distintos trastornos psicológicos. Estos
trastornos estaban en relación con circunstancias de carácter sexual
conflictivo que ocurrieron con anterioridad, en general durante la infancia.
Estos conflictos estaban contenidos en el inconsciente.
Inconsciente. Sede de los conflictos reprimidos de carácter sexual que
no tienen lugar en la conciencia por efectos de la represión.
El funcionamiento del inconsciente está
regido por determinadas leyes.
- Atemporalidad. En el inconsciente coexisten los deseos infantiles con los adultos. Se
mezclan los tiempos.
- Ausencia de contradicción. Los deseos o sentimientos contradictorios pueden coexistir sin que resulte
conflictivo. Algo nos gusta y nos disgusta al mismo tiempo.
- Predominio del principio del placer. La realidad psíquica predomina sobre la realidad material. No se puede
esperar para satisfacer el deseo. Es la búsqueda del placer sin ningún tipo de
censura.
-
Proceso primario. Es el mecanismo fundamental del
sistema inconsciente. Establece la posibilidad de que el deseo realice
distintas transformaciones. En los sueños éstos se producen en forma de desplazamientos y condensaciones.
-
Ejemplos
Desplazamiento. Durante el día
tengo una pelea con mi mamá. En el sueño lo desplazo hacia la vecina.
Condensación. Es mi hermana, pero
tiene puesto el vestido de mi novia y el pelo como el de la profesora de
Química.
El inconsciente
puede llegar a conocerse a través de algunas de sus manifestaciones como son:
- Los sueños.
- Los actos fallidos (equivocaciones, olvidos).
- Síntomas neuróticos.
PRIMERA TEORÍA (1913-1915)
Su primera tópica
habla de tres instancias, Consciente, Preconsciente e Inconsciente.
Durante los
primeros años de vida se van grabando huellas anémicas que por obra de la
represión caen en el inconsciente y
no pueden ser llevadas a la conciencia. En los sueños, por ejemplo, aparecen
fragmentos o afectos ligados a estas representaciones que están ocultas. Al PRECONSCIENTE
van aquellos recuerdos que si pueden ser recuperados por la conciencia.
INCONSCIENTE
|
PRECONSCIENTE
|
CONSCIENTE
|
Representaciones
que cayeron bajo la represión y que no pueden ser recuperadas por la
conciencia.
|
Representaciones
que pueden ser recuperadas por la conciencia con un mínimo esfuerzo (pueden
hacerse presentes en cualquier momento).
|
Representaciones
que se utilizan constantemente.
Las
representaciones conscientes son todo lo que registramos, ya sea afuera
nuestro (lo que vemos, escuchamos, hacemos, etc.) como lo que pasa dentro (lo
que recordamos, deseamos, sentimos, etc.).
|
SEGUNDA TEORÍA (1920 en adelante)
Luego de años de
investigación teórica y clínica Freud elabora una nueva tópica y a partir de la
concepción de LÍBIDO como energía sexual, construye un nuevo aparato psíquico.
Considera que la
energía sexual circula en nuestro aparato y también entre los sujetos, es por
esto, que cuando el niño nace, con total indefensión y carencia lo primero que
recibe es la sexualidad, esta energía que es dotada por la madre.
Esta fuerza que
es puro placer, regida por este
principio, Freud lo llama ELLO. Aquí se alojan todos los deseos del ser humano.
La función del Ello es el logro del placer y la evitación del dolor o
displacer. El deseo es el motor del aparato psíquico. Se busca en forma
permanente y resurge siempre en ausencia de la satisfacción.
Cuando el niño
nace llega al mundo y necesita del alimento tanto como del cariño y de ka
contención, y este primer alimento es tomado como la primera experiencia de
satisfacción.
Cuando el bebé
busca nuevamente esta experiencia no la encuentra ya que ninguna experiencia
puede ser idéntica. Pero la recuerda, ha guardado una huella anémica de dicha
experiencia y para repetirla la alucina. Así lo vemos succionar al vacío. Pero
la alucinación no lo contenta por mucho tiempo y demanda nuevamente el
alimento.
Aquí, ante la
imposibilidad de obtener la misma satisfacción, el niño debe aceptar lo que
sucede en la realidad, contentándose con los objetos que ésta le ofrece. La
madre volverá a darle lo que pide pero nunca será igual, ni en el mismo
instante ni de la misma manera.
Así comienza a
instalarse el PRINCIPIO DE REALIDAD que permite la satisfacción por medio de
caminos más largos. En su incipiente relación con los objetos descubrirá que
existe la persistencia y la diferencia. Que los objetos volverán a aparecer
aunque nunca serán los mismos. Posibilitará la capacidad de espera.
En esta
confrontación entre principio de placer y la realidad se va conformando la
segunda instancia que es el YO. Es la parte de nuestro aparato psíquico que
reconocemos como propia ¿Quién Soy? Es una suerte de organizador que a través
de la percepción conoce las necesidades externas e internas.
El Yo tiene otras
funciones muy importantes: el
pensamiento, la memoria, la relación con los otros, adaptación a la realidad,
sentido y prueba de realidad, control de impulsos, regulación homeostática del
nivel de ansiedad, mayor tolerancia a la ansiedad. Además debe “controlar” los
deseos provenientes del Ello. Esto se logra mediante el uso de sus mecanismos de defensa para “defenderse” en forma permanente
de los conflictos que le ocasionan aquellos deseos inconvenientes (cobijados en
el Ello) que contradicen las posibilidades de satisfacción (por oposición al
Superyó).
En un comienzo el
Yo del niño es indiferenciado, no existen límites entre él y su madre, el juego
de presencia ausencia que interpretará con ella, con el alimento, con las
caricias, irá conformando su cuerpo y por consiguiente su separación.
El Yo se
constituye, así, como una instancia adaptativa diferenciada del Ello en función
del principio de realidad y también como el resultado de identificaciones que
conducen a su formación.
Estos primeros
objetos de amor, los padres, son fundamentales, y constituyen el primer y más
fuerte enlace afectivo. Por lo tanto el niño no querrá perderlos y creerá poder
poseerlos para siempre.
Es a partir del
COMPLEJO DE EDIPO que el hijo abandona parcialmente la idea de amor
incondicional de los progenitores, y en su intento de conservar los padres de
la infancia, introyecta las imagos paternas instaurándose la tercera instancia,
el SUPERYÓ.
A medida que el
niño va creciendo, aprende que hay cosas que puede hacer y otras que no:
comienza a formarse el Superyó.
Los padres de la infancia, sus cuidados y protección, pero también sus leyes y
órdenes, quedan guardados en el inconsciente en esta instancia.
Así van surgiendo
dentro de cada uno representaciones internas de lo que es o no correcto, de las
normas sociales y valores de la sociedad en la que vive. Dentro del Superyó hay
dos aspectos.
-
Lo que debe hacerse. Conciencia Moral.
- Lo que sí debe hacerse para ser mejor. Ideal
del Yo.
así Ello, Yo y Superyó pasan a ser las tres instancias que
forman parte del aparato psíquico. El Yo tendrá que escuchar los pedidos del
Ello en cuanto a la satisfacción del principio de placer, las exigencias del
Superyó con respecto a la conciencia moral y a la culpa, y la posibilidad que
le de la realidad para cumplirlos.
Freud grafica al
Ello en el Inconsciente, al Superyó también y al Yo una parte consciente que
serían las funciones yoicas y otra inconsciente, los mecanismos de defensa.
Es por esto que
para el Psicoanálisis el sujeto vive en continuo conflicto y lucha entre las
instancias que quieren triunfar y el Yo debe ser lo suficientemente fuerte para
poder soportarlo.
ELLO
|
YO
|
SUPERYÓ
|
Energía.
Principio de
placer.
|
Principio de
realidad.
Funciones
yoicas.
Mecanismos de
defensa.
|
Imperativo
categórico.
Conciencia
moral.
Emblemas
paternos.
|
Fuente: Bossellini –Orsini (2004): PSICOLOGÍA. Ed. Az.
Excelente material. Muchas gracias
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